El boludo

Es inevitable cruzarse con uno, y hasta mas de una vez al día. Hay quienes dicen que es así porque están estratégicamente distribuidos . En mi experiencia, tenga en cuenta que solo hablo por mí y haciendo catarsis, el boludo jamás cambia de opinión, sus verdades son inamovibles. El que madura en base a sus experiencias, léase errores, ya que estos conforman la suma en las cosas en que somos expertos, con el tiempo y vivencias uno va cambiando su opinión, va aprendiendo que las verdades no son absolutas, ni inamovibles y muchas veces ni siquiera verdaderas, por que se aprende a no ser boludo, aunque en ese aprendizaje aprenda también a hacerse el boludo. Contradicciones, si las hay.

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George Armstrong CusterFotos de joven cadete de general. Un buen ejemplo de la peligrosidad de un boludo.

Recuerdo un cuento de mi niñez, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas.

Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 céntimos y otra de menor tamaño, pero de un peso.
Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:...

- Lo sé señor, vale la mitad, pero el día que escoja la otra se avivan los boludos, el juego se acaba y no podré ganar más monedas.

Seguro es que el tonto del cuento no fue agraciado por la naturaleza con muchas luces, pero deja en evidencia que alguien aparentemente o directamente inteligente puede ser un boludo. Si hasta se los divide en escalas jerárquicas que van desde, a saber, boludito, boludo, boludo importante, recontra boludo y en la cima, jerarca entre los jerarcas, jefe, rey y duque, está el Comandante en Jefe y Gran Ayatollah General de la Orden de los Boludos. 

Y hablando de boludos jerárquicos, por ejemplo George Custer a duras penas terminó la academia militar y en último lugar. Era poco querido por sus continuas burlas y humillaciones a las que sometía a sus camaradas. La guerra de Secesión hizo que llegara al generalato a los 23 años debido a su buena estrella y valentía.

Terminada la guerra y al mando del famoso Séptimo de Caballería fue por orden del gobierno contra Sioux y Comanches, ahora con 35 años era el general más prestigioso del país. Pero una unión de tribus encabezadas nada menos que  por los caciques Caballo Loco y Toro Sentado lo esperaba. A Custer se le terminó la buena estrella y como buen boludo cometió todos los errores juntos. El Séptimo Regimiento fue exterminado y él mismo murió ahí, en la recordada batalla de Little Big Horn, que pasó a la historia como la mayor derrota de un ejército estadounidense a manos de los indios. 268 hombres murieron por la boludez de un boludo enamorado de su imagen. Y así, en la historia sobran ejemplos de boludos  ineptos que causaron muchas muertes.

Y así vamos por la vida, tropezando en patas con estas personas cuyas absurdas verdades muchas veces no admiten crítica. Por lo que un inteligente joven imberbe muchas veces ofende al boludo exponiendo el fallo su verdades. Y aquí comienzan los problemas, el boludo no solo se ofende fácil, es rencoroso, y tarde o temprano buscará consumar su venganza, y los boludos son tan boludos que se deleitan mientras la planean.

Al ir creciendo como persona, se estudia el terreno estratégicamente para no encontrarse con estos malhadados personajes. Pero el mejor plan tiene sus fallas, y vas a encontrarlos, pero uno aprende a hacerse el boludo, porque al haber madurado, sabemos que es mejor camuflarse y no sufrir la ira del boludo.

Para la otra etapa que sigue, uno ya está viejo, es ácido y ducho en el boludeo, y llegado el caso, quizás por desquite de tanto aguante, algunos veteranos disfrutan de boludear boludos. El boludo aprende a mantenerse a distancia del fuego graneado que proviene de quien ha gastado toda su tolerancia en los boludos de la vida. Los vi y los veo a veces castigar boludos con altura, porque un boludo ante todo es inseguro, y necesita de la seguridad que les da su inamovible posición.

Por ejemplo, un curtido viejo, siempre amable y atento se empeñaba en decirle Pandero a un boludo bastante avezado en sus características personales, y este lo corregía con desdén diciéndole mi apellido es Panadero. Mas tarde me enteré que pandero significa una persona necia y que habla con poca sustancia. Evocando la expresión del viejo, de suma preocupación por equivocar el apellido y pedir disculpas, prácticamente con la gorra en la mano, para satisfacción del boludo. Un genio boludeando boludos ese viejo, tanto que me saca una sonrisa cada vez que lo recuerdo.

Y no era al único boludo del que se burlaba, había otro de apellido Bazán al que llamaba Bausán. Sepa Ud., mi querido lector, que bausán es una figura humana, embutida de paja, heno u otra materia semejante y vestida de armas, que se hacía para simular un combatiente. Llamar a una persona bausán, claro, no es precisamente un piropo, sino decir que es una persona boba, simple, necia, un boludo por definición. 

Eso prácticamente es un arte, otro veterano solo leía el diccionario para insultarlos con altura, claro que rara vez el boludo se daba cuenta. Usaba palabras como beocio al referirse a uno de esos personajes. Al ser interrogado por éste respecto a esa palabra, solo decía Ja! Caramba con esos bravos griegos! y se iba. Claro que estando la película 300 de moda, al boludo se le henchía el pecho de orgullo. Pero en realidad era uno de esos bonitos ejemplos en los que un gentilicio se convierte en insulto. Los beocios son los naturales de Beocia, una región de la Grecia antigua. Pero la tercera acepción de la palabra es ignorante, estúpido, tonto, recontra boludo.

Cierta señora, pues ellas no están libres de esta llamémosle afección, estaba francamente ebria de poder, y ya sabemos lo que es un boludo con poder, todos la sufrían menos un diligente y muy caballeroso subalterno. Su nombre era Celeste, pero nuestro caballero la llamaba Celestial, para su agrado y satisfacción. Pero el hacendoso caballero estaba activado en modo ironía. Modo ironía al máximo. Celestial es, sí, perteneciente o relativo al cielo, perfecto, delicioso y, en su tercera acepción, con sonrisa malvada, ceja levantada e interruptor irónico encendido es boba, tonta o inepta. Perfecto para confundir a la destinataria, que ni sospecha por tu tono, mueca e historia de esa relación que  le estaba diciendo que no era un divino ángel celestial precisamente, sino una boluda a cuerda.

Nuestro idioma es muy rico, y si Ud. no es del bando de los boludos, se deleitará en el noble arte de formar compuestos muy expresivos para insultar mientras el boludo se cree que lo exalta, y esto no tiene límites. Una pequeña venganza de aquellos que no les escapan. 

Otro mas beligerante, que no temía al cuchillo que le clavará el boludo en la espalda, ya que abollar el orgullo de un boludo es mas peligroso que usar muletas con rueditas, lo llamo delante de todos tontucio. Resumiendo, cuando el jefe lo llama al pie y que pida disculpas por el exabrupto se negó rotundamente porque jamás le había llamado tonto como se afirmaba. Se quejó amargamente y dijo que miren al ofendido, aclarando que la palabra solo significaba que tenía cara de tonto y no que en realidad lo era, el jefe a duras penas ponía cara de póker y ante la primer risa estalló la carcajada general, inclusive del jefe, por lo que la humillación fue total. Aunque dijo a sus compañeros más allegados: se me fue la mano, un boludo no entiende razones, solo piensa en el desquite.

Cuando el ingenio humano se pone a trabajar, entonces alcanza sus cotas más altas en una mezcla de ironía, poesía y brutalidad en su estado más puro contra el boludo. Mientras que el boludo recurre a los mismos insultos, que deben ser cinco como máximo y con toda la furia.

Un boludo, se lo puede hacer feliz fácilmente, incluso estúpidamente feliz, solo hay enumerar sus supuestas grandes dotes casi sin tanta razón, y suele estar satisfecho. El boludo es como un perro que se persigue la cola, continuamente piensa en quien menoscaba su ser, aunque nadie lo haga. Por tal razón es muy inseguro, lo cual hace desatar su ira contra fantasmas que el mismo crea. Mala cosa el boludo, es peligroso como una mamba negra y hasta puede llegar a causar una hecatombe si tiene iniciativa. 

Sea cual sea su estilo en trato con los boludos, jamás baje la guardia, boludos los hay de todos los colores del arco iris, mi preferido es el que se ofende, te retira el saludo, te bloquea o en venganza te hace volar el cuero, y esta acción, viniendo de quien viene es una reluciente medalla en nuestro pecho, porque los amigos no creen y el boludo, en fin, a quien le interesa?

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Valerio Meridio
OPINIÓNAyer

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