La justa memoria verdadera.

En un mundo dividido por la Guerra Fría, los países sufrían la embestida de los grupos extremistas de izquierda, que trataban de imponer su ideología con terrorismo, asesinatos, bombas y secuestros que estaban siempre a la orden del día. Esto lo hacían con el apoyo logístico y entrenamiento de países como Cuba o la antigua Unión Soviética.  La violencia armada operaba plenamente en nuestro país, llevando a la guerra civil en Argentina. Los grupos mas importantes eran:

Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR): En 1969, las FAR incendiaron trece supermercados de la cadena Minimax de la familia Rockefeller, dándose de esta forma su presentación en sociedad.  De ideología peronismo revolucionario, marxismo-leninismo, sindicalismo, nacionalismo de izquierda.

Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP): En 1970 el ERP comenzó a actuar comandado por Mario Santucho. Eran de corte socialista, comunista, marxista, leninista, trotskista (inicialmente), y guevarismo latinoamericanista

Montoneros: En 1970 aparecen los Montoneros. Eran del peronismo revolucionario, con mezcla de cristianismo, nacionalismo, socialismo nacional. Facciones: socialismo y marxismo-leninismo.

Toda una ensalada de ideologías de izquierdas, quizás a duras penas se ponían de acuerdo, pero lo hacían, sobre todo para masacrar a la sociedad y atacar la República.

El flagelo subversivo, la demagogia, la corrupción, el caos, el vacío de poder, la carencia de soluciones institucionales, la irresponsabilidad en el manejo de la economía, fueron algunas de las causas que llevaron a derrocar al gobierno constitucional.

 Para esa época, ya no existía la Cámara Federal Penal, constituida en 1971 para juzgar  la violencia terrorista,   porque había sido disuelta en 1973 y sus jueces, secretarios y fiscales perseguidos. Algunos asesinados por el ERP-22  (Como Jorge Vicente Quiroga. Uno de sus asesinos se pasea todavía libremente por la calle); otros jueces marcharon al exilio (el juez Jaime Smart, por ejemplo). 

5 de febrero de 1975 por el Decreto N.º 261/7510​11​ del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, se ordena  a las Fuerzas Armadas neutralizar y/o ANIQUILAR (De los grados de destrucción, aniquilación es el último y total) el accionar de lo que se definía como «elementos subversivos» en la Provincia de Tucumán. Montoneros y el ERP, trataban de hacer una guerra a lo Vietnam, dadas las características del terreno tucumano. Pensaban que podrían escindir la provincia del territorio nacional,  declarar la independencia y así recibir abiertamente el apoyo de países comunistas, para luego, desde esa provincia como base, tomar el resto del país. La consecuencia directa del Decreto N.º 261/7510​11​ fué el Operativo Independencia, que evitó mediante violentos combates con los terroristas que llevaran a cabo sus planes. De esa época viene aquello de "Tucumán, cuna de la Independencia, sepulcro de la subversión".

 La guerra civil estaba en su momento cúspide. El 3 de diciembre de 1975, son asesinados el general de brigada (R) Jorge Esteban Cáceres Monié y su esposa. El 18 se produce una sublevación en el seno de la Fuerza Aérea. El 23 es asaltado sangrientamente el Batallón de Arsenales 601 "Domingo Viejobueno", por parte del ERP.

Es verdad que los militares presionaban, por la situación económica, por los asaltos a sus guarniciones; asesinatos de sus integrantes (También hijos y esposas) en la calle o en combate; secuestros seguidos de muerte (Argentino del Valle Larrabure o el coronel Jorge R. Ibarzábal) y "cárceles del pueblo" donde se los torturaba.

 En cuanto a Isabel Perón, su autoridad y posición estaba tan socavada que no puede tomar correctamente las riendas del poder. La manera en que deje estas riendas, de buena voluntad, tendrá mucho que ver con quién la reemplazará, al menos eso se pensaba, pues todo el arco político y el pueblo pensaba que era inepta para el cargo.  Para peor, desde el Parlamento no le trataban las leyes que impulsaba y sobre su figura se lanzaban todo tipo de improperios desde el propio peronismo.

Estas eran algunas las noticias  del 23 de marzo: En Buenos Aires un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) había masacrado de un escopetazo a Atilio Santillán, secretario general de la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (FOTIA). En San Juan acribillaron al jefe de la Policía Federal en esa provincia. La policía bonaerense había impedido esa madrugada en La Plata, un ataque en el que habían sido abatidos 14 terroristas de un grupo armado no identificado; un episodio  que elevó a 1799 la cifra oficial de muertos por atentados o enfrentamientos políticos desde la restauración democrática de 1973. 

El lunes 22 de marzo, después de más de dieciocho años de exilio, el empresario Jorge Antonio volvió a su país. El viejo amigo de Juan Domingo Perón dijo: "Si las Fuerzas Armadas vienen a poner orden, respeto y estabilidad, bienvenidas sean". Después dijo que volvió cuando muchos "desean irse…cuando otros escapan", por el dirigente Casildo Herreras, secretario general de la CGT, había escapado al Uruguay el 23 de marzo. En realidad lo que dijo Jorge Antonio era el sentir del pueblo que necesitaba estabilidad económica y política con desesperación.

"La crisis alentaba el golpe militar, que a su vez ahondaba la crisis en una clara relación acumulativa  para el gobierno. No es que la amenaza de golpe provocó la crisis sino fué que los últimos vestigios de autoridad se diluían" meditó José Alberto Deheza, Ministro de Defensa de ese momento. Dieron a las Fuerzas Armadas la justificación perfecta para el golpe, "contener la disolución progresiva del Estado, el caos generalizado y la situación de extrema indefensión social".

A las 11 de la mañana del martes 23, el Ministro de Defensa Deheza, se reunió con los jefes militares y les dijo: "Todos los diarios de la mañana coinciden en señalar que hoy es el día de las grandes decisiones, así también lo entiende el gobierno en cuyo nombre les pido una definición sobre la inminencia de un golpe militar". El almirante Emilio Eduardo Massera contestó: "Señor Ministro. Si usted nos dice que la señora presidente está afligida y acorralada por el gremialismo. Si además, nos sondea para ver cómo podemos ayudarla. Nuestra respuesta es clara: el poder lo tienen ustedes. Si lo tienen úsenlo, sino que la señora Presidente renuncie". Hasta el mismo gobierno esperaba con ansias un golpe que los libere de toda responsabilidad ante el caos generalizado. A las 10.40 de la mañana, la Junta Militar asumió el poder, en medio de una gran tranquilidad pública, léase una gran aprobación de la masa de la sociedad.

Es claro que el golpe fué acordado con los mismos que enjuiciarían a sus compañeros golpista por delitos de lesa humanidad, cosa que ocultan convenientemente. Y no es para menos, enseñan oficialmente un relato que nunca existió. Quieren e instauran en la memoria colectiva un solo demonio, los militares. Y si alguien tibiamente trata de decir que los terroristas fueron quienes empezaron a atacar la sociedad argentina, lo tachan de negacionista, lanzando toda clase de improperios. Pero lo que nadie se atrevía a decir, y digo los mas viejos que vivieron la época, que lo que vino después, en democracia, fué un gran y millonario negocio, los derechos humanos. Evitan decir que estaban de acuerdo con el golpe, salvo algún peronista muy fanático, yo lo sé, escuchaba hablar en la mesa a esos hombres hoy mayores.

No dirán que la Triple A del peronista López Rega, fué quién empezó a producir los primeros desaparecidos en gobierno democrático. Como admitir que tanto un gran partido político, como otro gran partido eran golpeadores de los portones de los cuarteles. No dirán jamás que fué una guerra civil, sucia, donde ambas partes mataban indiscriminadamente.

Lejos estoy de defender en todo a los militares, como en esos vuelos de la muerte, por ejemplo. Pero también es cierto que por los mismos delitos que se les endilga a los militares, a los terroristas se los premia por habernos atacado con  generosas y millonarias sumas de dinero, paseando muy campantes, libres en la sociedad, a la que aún hoy siguen atacando.

Tome por ejemplo el sangriento ataque a La Tablada en 1989, dirigido por Gorriarán Merlo, del Movimiento Todos por la Patria, aún sigue una vedada cacería de brujas contra los militares que tomaron parte en el combate de dos días por la recuperación del cuartel, de hecho el general Arrillaga, a cargo del operativo termina siendo juzgado junto a otros camaradas y Gorriarán Merlo indultado por atacarlo. Mas cerca en el tiempo, el jefe montonero Firmenich, llamaba a los barras bravas a la marcha de los jubilados, sabiendo como terminará todo  por la presencia de estos energúmenos. Nada cambia, nos siguen atacando y se defienden con derechos que le niegan después a la sociedad.

Revisemos las cifras oficiales de desaparecidos, 30.000 y guay del negacionista que dude de este número. Pero hay un detalle, Luis Labraña, exmilitante de las organizaciones FAP, FAR y Montoneros, cuenta que el mismo inventó esa cifra, pero que en realidad  no llegan a 8000 personas desaparecidas. “La mentira era necesaria para conseguir ese dinero para las madres de los desaparecidos”, justificó el exmontonero. “Llegaron las Madres de Plaza de Mayo a Ámsterdam, traían una lista de 4000 casos de personas desaparecidas y necesitaban dinero para solventar gastos y tener una casa propia. Querían presentar un genocidio y los holandeses dijeron que Ámsterdam es una ciudad judía, les decían que ellos habían tenido 6.000.000 de muertos y que no podían llevar ese planteo”. Los holandeses dieron un plazo y en ese periodo lo que hicimos fue inventar las cifras, que no existían en ese momento porque eran alrededor de 4 mil. Nos juntamos y decidimos a ver cómo podíamos levantar la cifra a 30.000”, concluyó al respecto. En el informe de la Conadep  se registraron las denuncias de 8.961 desapariciones y así lo plasmó en el libro Nunca Mas, y esto si es verdadero.

Con el kichnerismo se instaura una forma de robar con el tema de los derechos humanos. Durante la administración del ex presidente Alberto Fernández, la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo recibió $1.500 millones,  un total de 2.564 matriculados de los cuales solo egresaron el 0,62%. Y este es solo uno de los curros. Recordemos solo uno mas de sus fraudes, Sueños Compartidos. Luego de procesar a los principales responsables por el fraude del plan Sueños Compartidos, el juez llamó a declarar a más de 30 personas que recibieron fondos públicos y no podían justificar una contraprestación en el rubro de la construcción. Ese dinero es parte de los $206.438.454 millones que se habrían desviado, un 23.54% de los $748.719.414 aportados por el Ministerio de Planificación y depositados en las cuentas de la Fundación. Creo que ya entendió el concepto, no nos extendamos a los de las Abuelas de la Plaza de Mayo.

Para mantener semejante robo, era necesario instaurar que los únicos culpables eran los militares, y lo hacían tan bien que un día nos encontramos que los argentinos éramos culpables de la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, que ellos hayan comenzado invadiendo primero, vandalizaran, asesinaran y saquearan la provincia de Corrientes era solo una cuestión menor que no venía al caso.

Verdad, memoria y justicia se convirtió en un monumento en la entrada de las unidades militares que combatieron al terrorismo como una afrenta final. Aunque entre los mas avezados e inquisitivos empezaron a ver estos monumentos como medallas en el pecho, ganadas en el combate contra extremistas que querían imponer por la fuerza a la sociedad argentina una ideología ajena a ella y que nadie aceptaba.

Vociferaban a todos los vientos cuando se decía hay que instaurar la teoría de los dos demonios, y lograron su cometido. Hoy hay militares, muchos héroes de Malvinas en prisión y sin juicio, mas los que encontraron la muerte en la cárcel sin sentencia. Que país adelantado seríamos si hubiéramos juzgado imparcialmente a todos los involucrados, a cada militar que infligió la ley, no por portación de uniforme, a cada terrorista, pero sobre todo a cada político involucrado. Tan solo con estos últimos enjuiciados tendríamos una sociedad sólida, fuerte y de valores ejemplares, no lo dude.

Verdad, memoria y justicia, se convirtió en una burla, una causa bastardeada y usada en beneficio propio por aquellos inescrupulosos de siempre. Mientras este 24 de marzo Ud. festejará en honor a un gran fraude, en el que dicho sea de paso, Ud. resultó estafado, recuerde que era su dinero de impuestos que deberían haber vuelto en servicios a la sociedad.