
Me quedé mirando el rincón del living, faltaba algo y no atinaba a darme cuenta. Pasé de largo y me senté a tomar un vaso de agua y de repente me acordé, estamos a mitad de mes y el arbolito de Navidad brilla, pero no por sus luces, sino por su ausencia. Como se me pasó la fecha? Vaya uno a saber, pero el arbolito no está. Es la fecha de la reconciliación, por lo menos hasta después de reyes, cuando vuelve a la normalidad con los parientes volviendo a mostrar los dientes con inquina. Pero para otros es un fecha esperada, de reencuentros por distancias físicas, de recuerdos de fiestas pasadas y expectativas por la que viene. Eso que disfrutábamos cuando niños —el reencuentro con tíos y primos, los juegos, la pirotecnia, el vitel toné, los regalos, etc.—, muchas veces lo sufrimos en la edad adulta.