
El Escudo Nacional argentino tiene su origen en el sello usado por la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813. Hasta el momento en que se instaló la Asamblea del año XIII, el 31 de enero de 1813, el sello que se utilizaba para los documentos del Virreinato era el de las armas reales. Cuando la Asamblea se creó, y ante la necesidad de contar con un sello propio, se comenzó a utilizar uno inspirado en un modelo que compuso el peruano Antonio Isidro de Castro en 1812 por disposición de Bernardino Rivadavia y que le había sido presentado al Primer Triunvirato. El 12 de marzo de 1813 se hizo la primera mención expresa acerca del escudo, cuando se dispuso que el Supremo Poder Ejecutivo (Segundo Triunvirato) usara el mismo sello que la Soberana Asamblea, aunque con la inscripción correspondiente alrededor de los atributos.