
reinta y dos kilómetros para disfrutar, fue una novedad para la gente y para el Turismo Carretera. Más de cincuenta mil almas “tapizaron” las sierras más antiguas del planeta, aquella jornada feliz para la ciudad en la recta final del 1977.
El día 9 de Diciembre se realizó en el Salón César Carman del Automóvil Club Argentino la celebración del ciento quince Aniversario de la fabricación en serie del primer automóvil construido en la Argentina, Anasagasti por el Ingeniero Horacio Anasagasti.
COOLTURA12 de diciembre de 2024 Por: Oscar Filippi – Para: CIUDAD24El acto fue organizado por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, el Club de Automóviles Clásicos y el Automóvil Club Argentino. Adhieren institucionalmente ADEFA (Asociación de Fábricas de Automotores), AFAC (Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes) y Club Ford V 8.
Expusieron los oradores Ing. Jorge Beramendi, Roberto Berasategui y Guillermo Viacava
Horacio Anasagasti fue un Ingeniero argentino de origen vasco que nació, el 18 de Julio de 1879. Viajó en 1907 a Milán para realizar un curso de seis meses en la fábrica italiana Isotta Fraschini. En 1909 se establece la fábrica, dedicándose él mismo a los contactos comerciales, presentando el 25 de Mayo de 1910 la primera parte del auto que consistía en el block del motor y una caja de cuatro velocidades.
La fábrica se emplazaba en las calles Libertador y Bulnes en un terreno de 20 metros por 60 metros contando con 20 empleados. Tres autos de la producción fueron exportados a Europa donde participan en competencias, de modo de prestigiar a la marca, demostrando su resistencia y confiabilidad.
El valor del Anasagasti en ese momento era de $6.000, hoy unos U$S 2.400, dando una idea del excesivo valor del automóvil, era el precio de un Ford en EEUU que era de U$S 800/900. La Guerra Mundial y el elevado valor del automóvil hace que la ecuación económica para la construcción del Anasagasti no funcionara, por lo que Anasagasti decide cerrar la fábrica, cosa que los 20 empleados se negaron a hacerlo por lo que trabajaron sin cobrar ningún salario durante un año, pero en el año 1916 la situación era insostenible por lo que se deja de construir el Anasagasti.
Anasagasti era un apasionado del automovilismo deportivo y correr era un desafío, ya que en las mismas podía medir y probar la confiabilidad del vehículo. Anasagasti compitió en Europa en el recorrido Paris – Madrid de 1500 km, entre otros, con buenos resultados regalando luego ese vehículo al Rey Alfonso VIII.
De los 50 vehículos que se calculan fueron construidos por Anasagasti solamente quedan dos vehículos, uno que fue donado por Horacio Anasagasti a la Fuerza Aérea, quienes se encargaron de mantenerlo y otro lo posee el Club de Autos Clasicos. El mismo fue adquirido en un remate en Villa Lugano en un playón de la Municipalidad.
El auto solamente tenía el chasis, pero carecía de motor, carrocería, radiador, volante, etc. Luego de mucho buscar el dueño del Anasagasti dio con un capataz de la fábrica Anasagasti de apellido Sinigaglia quien en su casa poseía un motor nuevo, radiador con todo el frente y el escudo, entre otros repuestos.
Ya el Anasagasti tomó más forma siendo expuesto en 1977 en una exposición de autos clásicos. En 1996 el Club de Autos Clásicos decide enviar a construir una carrocería, finalizando el modelo que hoy vemos en exposiciones.
Los motores que eran utilizados en estos vehículos eran de cuatro cilindros ciegos de 12 y 15 HP, con una cilindrada de 2125 cm3 refrigerados por agua por sistema de termosifón, sin bomba de agua, con una caja de cuatro marchas de engranajes rectos que obligaba a los conductores a tener destreza en su conducción.
En la foto de arriba (1913) se puede ver la mascota de la Escuela de Aviación de El Palomar, su nombre era “El Chato” porque pasaba corriendo por debajo de las hélices de los aviones con singular audacia. Está montado en un vehículo muy particular, se trata de un Anasagasti argentino.
La historia de la fábrica Anasagasti tiene ganado un capítulo importante, no sólo en la historia de El Palomar, sino en el desarrollo de la industria automotriz argentina, una de las primeras desarrolladas comercialmente a nivel mundial.
El Anasagasti significó la puesta en marcha de una empresa enfocada al objetivo de lograr un auto nacional, un auto argentino. Lo curioso no termina ahí, basta indicar que el Anasagasti fue el primer auto fabricado en serie en la República Argentina, y además de esto, por una empresa también nacional. Tuvo una vida efímera, como muchas buenas ideas de la Argentina. Así, la primera fábrica nacional de autos “Horacio Anasagasti y Cía. Ingenieros Mecánicos” funcionó a partir de 1911, hasta la mitad de la primera guerra mundial (1916), cuando tuvo que cerrar por problemas económicos y ningún tipo de apoyo.
Los Anasagasti tuvieron una versatilidad que, ubicada en aquélla época, nos habla de una apertura popular. Los registros dan cuenta de un trabajo a la par entre socios y empleados, sin distinciones. Sus empleados cobraban los sueldos más altos de la época, laboraban ocho horas máximas de jornada y gozaban de otros beneficios para la época.
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Si te da flojera sacar el árbol de Navidad de la caja que tienes guardada ahí detrás de montón de cosas en el armario, o bien, quieres probar algo nuevo esta Navidad, te he traído grandes ideas minimalistas, que ahorran espacio, quizá más económicas y sobre todo súper aesthetic que deberías probar el menos un año.
Basada en la obra de August Wilson, la película aborda temas como el legado y la identidad. Con actuaciones memorables, la película pone el foco en el significado de la herencia.
La batalla de la Vuelta de Obligado fue un enfrentamiento bélico entre las fuerzas de la Confederación Argentina y una escuadra anglo-francesa que pretendía navegar los ríos interiores argentinos. Tuvo lugar el 20 de noviembre de 1845 sobre las aguas del río Paraná, cerca de la localidad bonaerense de San Pedro y en el marco del bloqueo anglo-francés del Río de la Plata (1845-1850). Trasladado al día de hoy, el equivalente a enfrentarse a esa escuadra de los países mas poderosos del mundo, sería una escuadra combinada de EEUU y China. Los argentinos se enfrentaron con un buque contra 22, 27 viejos cañones de avancarga, varios de bronce, contra 99 modernos cañones de retrocarga. La suerte estaba echada desde el principio, la Confederación Argentina lo sabía, pero sus varones se lanzaron al combate con valor y una determinación que les haría ganar finalmente la guerra, teniendo que saludar las escuadras con 21 cañonazos a la Bandera Argentina, a modo de desagravio y en señal de respeto.
El 10 de septiembre de 1984, una pueblada en Puerto Madryn expulsó a los buques de Estados Unidos que pretendían arribar al mismo muelle en que, dos años antes, desembarcaron los soldados que volvían de la Guerra de Malvinas, también fue conocido como el día que Madryn se quedó sin pan, porque la gente lo compró para dárselo a los soldados que volvían de Malvinas, dejando desabastecido a Puerto Madryn. Esto explica hostilidad, al menos en parte, de la gente hacia los marinos yanquis.
La historia la escriben los vencedores, esta frase sin lugar a dudas es una verdad irrefutable, porque hemos visto a lo largo de la historia como países vencedores han cambiado algún hecho histórico para tratar de borrar verdades incómodas, lograr un beneficio económico o lograr mantener las masas subyugadas tras una mentira. esto se sigue haciendo, de ahí el titulo de este artículo.
La historia de la humanidad no hubiera sido igual sin el caballo, no hay historia épica real o imaginaria sin un caballo, no hay glorias guerreras ni trabajo duro en la paz de la campiña sin esta noble bestia a la que el hombre tanto le debe, todo hubiera sido completamente distinto. A este continente llegaron con el español Diego de Almagro, en 1535. Fue a través del actual Perú, con la Corriente del Norte , y casi inmediatamente del puerto de Buenos Aires y desde territorios españoles, pasando a convertirse en un elemento esencial en la vida cotidiana de los habitantes de Argentina.
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Este domingo, el senador provincial Felipe Michlig junto al Diputado González acompañaron a la intendente Alejandra Dupouy en la inauguración de las obras de remodelación y puesta en valor de la Plaza Colón en la ciudad de Ceres, a partir del compromiso y trabajo mancomunado entre el gobierno municipal y provincial.
En los años 70, la Honda Dax, conocida también como CT70 o Trail 70, se destacó como uno de los modelos urbanos más populares. Ahora ha vuelto, y promete más diversión que nunca, gracias a su motor más grande (de la misma familia que los modelos Grom, Monkey y Trail125), inyección de combustible, frenos de disco y arranque eléctrico.