
La celebración de San Patricio ha trascendido fronteras, llevando al mundo diversos símbolos de la cultura popular irlandesa con raíces en la tradición celta.
Hubo una época en el Turismo Carretera en la que algunos autos fueron tanto o más famosos que sus pilotos, o se los identificaba conjuntamente. Todos los nombres tenían una historia particular, que no siempre guardan relación directa con el auto en sí.
COOLTURA04 de junio de 2023El Tractor:
La mayoría de estos surgieron en las décadas doradas del automovilismo argentino, como el caso de “el Tractor” del Eduardo “Tuqui” Casá. Se trataba de una cupé Ford 1940, equipada con un motor V8 modelo 46, con el cual logró su primer triunfo en la Mar y Sierras del 14 de abril de 1963. Posteriormente, alcanzó dos victorias en 1965 –La Pampa y Tres Arroyos– aunque en la segunda ya lo hizo con un motor F-100, con caja de Mustang.
El apodo del auto se debía a que jamás abandonaba por lo cual los hinchas lo vieron indestructible como “un tractor”.
Al año siguiente consiguió cuatro victorias más –San Francisco, Arrecifes, San Nicolás y Pehuajó-que le permitieron alcanzar el subcampeonato detrás de su amigo, Juan Manuel Bordeu-.
En 1967 logró lo que sería la última victoria de una cupecita. El 3 de septiembre de ese año, Eduardo Casá, con la inconfundible, cupé plateada, logró derrotar a los más modernos vehículos en la carrera conocida como el Triángulo del Oeste.
La Negrita:
Otro reconocido auto fue “la Negrita” de Rubén Roux que decidió bautizar a su Chevrolet con el mismo apodo que tenía su esposa. Esta cupé –pintada de negro– fue considerada por entonces como la más linda y mejor presentada de la categoría.
Preparada por los hermanos Bellavigna, aunque la atención se realizaba en el taller familiar de Monte Grande, “la Negrita”, alcanzó dos triunfos. El primero, el 8 de agosto de 1965 en la “Vuelta de Salto”. El segundo y último, y la última victoria, el 13 de noviembre de 1966, en la “Vuelta de Tandil”.
“La Negrita” continuó compitiendo hasta fines de los 60 cuando comenzaron a aparecer los autos más modernos que derivaron en la creación de la categoría Sport Prototipos.
La Galera:
Si de autos icónicos se habla, “la Galera” de los Hermanos Emiliozzi se ubica bien arriba de un podio imaginario. Es, sin dudas, el auto más famoso que haya transitado por caminos de nuestro país. Llamada así por su altura algo exagerada –que siempre mantuvo pese a que el resto de pilotos y preparadores buscaban, recortando techos y disminuyendo el despeje del piso, bajar el centro de gravedad de los autos–, “la Galera” se transformó en una leyenda dentro del Turismo Carretera y del automovilismo argentino.
Ganó fama y respeto a través de muchos años de trabajo y de una performance impresionante en 17 años de actuación sobre todo tipo de superficies: ruta, montaña, barro y hasta nieve de la cordillera en el Gran Premio Dos Océanos.
Este récord habla claramente de la confiabilidad y perfección de la cupecita Ford con motor V8, con válvulas a la cabeza, y luego con un 59 AB de válvulas laterales.
Los Gringos con “la Galera” fueron, en marzo de 1963 en Necochea, los primeros en superar los 200 km/h de promedio (203,526) y alcanzar cuatro títulos consecutivos, de 1962 a 1965.
La Coloradita:
Otro que se ganó un lugar destacado fue “la Coloradita” de Juan Manuel Bordeu. Corría el año 1962 cuando Juan Manuel Fangio le adquirió a Marcos Ciani una cupé Chevrolet modelo 37, que había comenzado a construir en su taller de Venado Tuerto.
El Chueco trasladó el auto al taller de su hermano Rubén, en Balcarce, y allí lo armaron junto a Ernesto Polverino –aunque otra versión indica que el constructor fue el alemán Bruno Dalla Pria–, en la concesionaria que Fangio tenía en Mar del Plata. Su debut de produjo el 3 de marzo de 1963, en la Vuelta de Olavarría, una competencia que también quedó en la historia del TC porque ese día perdió la vida Juan Gálvez.
El debut triunfal de la cupé fue unos meses más tarde: el 4 de agosto en la Vuelta de Junín. Pero el hecho más trascendental se gestó en 1966, cuando “Maneco” logró ponerle fin a la era más exitosa de Ford en toda la historia del TC, cortando 18 años consecutivos de dominio de Ford, al lograr el campeonato en esa temporada.
Así, Chevrolet volvía a lograr el título después de 25 años y de la mano de otro balcarceño, ya que el último campeón había sido el propio Fangio, en 1941.
Como dato anecdótico, en la temporada de 1967, se produjo el desembarco generalizado de los autos compactos que de a poco fueron desplazando a las tradicionales cupecitas, lo que llevó a Bordeu y al “Toto” Fangio a modificar la estructura original de la cupecita, colocándole un parabrisas de Peugeot 404 y remodelando la cola, siguiendo las líneas originales de la Ferrari Dino diseñada por Pininfarina.
El auto retornó a las pistas en pleno dominio de los Torino y solo logró un tercer puesto en Buenos Aires en 1968, detrás de las Liebres de Gastón Perkins y Eduardo Copello.
La Garrafa:
Con la llegada de los prototipos al Turismo Carretera, un auto que superó la intrascendencia fue “la Garrafa” de Andrea Vianini. A fines de la década de 1960, el TC había dejado de lado a las cupecitas y su parque estaba formado por prototipos construidos a partir de autos compactos.
Uno de esos se construyó sobre la base de un Bergantín –producido por un convenio entre Industrias Kaiser Argentina y Alfa Romeo–, al que se le había instalado mecánica Chevrolet. El ingenio popular lo bautizó como la Garrafa, por la principal publicidad de “Agipgas” y su color amarillo similar al de las garrafas de esa marca. El “Bellavigna V-1”, tal su denominación oficial, estaba equipado con una estructura tubular de caños de cromomolibdeno, el mismo material usado en el fuselaje de los aviones.
El auto solo logró dos victorias. La primera, en su debut protagonizado el 16 de julio de 1967, cuando derrotó a los Torino del equipo oficial IKA, dirigido por Oreste Berta. La segunda, el 16 de marzo de 1968, en el autódromo de Alta Gracia.
Junto a otros, este auto permanece en la memoria de los fanáticos, como símbolo de una época en la que los preparadores ponían todo su ingenio aprovechando al máximo las libertades reglamentarias.
La celebración de San Patricio ha trascendido fronteras, llevando al mundo diversos símbolos de la cultura popular irlandesa con raíces en la tradición celta.
reinta y dos kilómetros para disfrutar, fue una novedad para la gente y para el Turismo Carretera. Más de cincuenta mil almas “tapizaron” las sierras más antiguas del planeta, aquella jornada feliz para la ciudad en la recta final del 1977.
El día 9 de Diciembre se realizó en el Salón César Carman del Automóvil Club Argentino la celebración del ciento quince Aniversario de la fabricación en serie del primer automóvil construido en la Argentina, Anasagasti por el Ingeniero Horacio Anasagasti.
Si te da flojera sacar el árbol de Navidad de la caja que tienes guardada ahí detrás de montón de cosas en el armario, o bien, quieres probar algo nuevo esta Navidad, te he traído grandes ideas minimalistas, que ahorran espacio, quizá más económicas y sobre todo súper aesthetic que deberías probar el menos un año.
Basada en la obra de August Wilson, la película aborda temas como el legado y la identidad. Con actuaciones memorables, la película pone el foco en el significado de la herencia.
La batalla de la Vuelta de Obligado fue un enfrentamiento bélico entre las fuerzas de la Confederación Argentina y una escuadra anglo-francesa que pretendía navegar los ríos interiores argentinos. Tuvo lugar el 20 de noviembre de 1845 sobre las aguas del río Paraná, cerca de la localidad bonaerense de San Pedro y en el marco del bloqueo anglo-francés del Río de la Plata (1845-1850). Trasladado al día de hoy, el equivalente a enfrentarse a esa escuadra de los países mas poderosos del mundo, sería una escuadra combinada de EEUU y China. Los argentinos se enfrentaron con un buque contra 22, 27 viejos cañones de avancarga, varios de bronce, contra 99 modernos cañones de retrocarga. La suerte estaba echada desde el principio, la Confederación Argentina lo sabía, pero sus varones se lanzaron al combate con valor y una determinación que les haría ganar finalmente la guerra, teniendo que saludar las escuadras con 21 cañonazos a la Bandera Argentina, a modo de desagravio y en señal de respeto.
El 10 de septiembre de 1984, una pueblada en Puerto Madryn expulsó a los buques de Estados Unidos que pretendían arribar al mismo muelle en que, dos años antes, desembarcaron los soldados que volvían de la Guerra de Malvinas, también fue conocido como el día que Madryn se quedó sin pan, porque la gente lo compró para dárselo a los soldados que volvían de Malvinas, dejando desabastecido a Puerto Madryn. Esto explica hostilidad, al menos en parte, de la gente hacia los marinos yanquis.
La historia la escriben los vencedores, esta frase sin lugar a dudas es una verdad irrefutable, porque hemos visto a lo largo de la historia como países vencedores han cambiado algún hecho histórico para tratar de borrar verdades incómodas, lograr un beneficio económico o lograr mantener las masas subyugadas tras una mentira. esto se sigue haciendo, de ahí el titulo de este artículo.
“Triunfó el Necochense Ríos”. Así, con todas las palabras con mayúsculas como se utilizaba en la época, titulaba Ecos Diarios en uno de sus artículos de tapa de la edición del martes 8 de agosto de 1961. La gran alegría se había concretado el domingo, en la primera edición de la “Vuelta de Mar del Plata”, que le brindó al piloto Armado José Ríos además su primera bandera a cuadros en lo que hoy conocemos como Turismo Carretera.
El piloto australiano perdió el control de su Alpine en la húmeda pista del Gran Premio de Australia y se estrelló contra la pared, quedando fuera de la carrera en la primera vuelta. Las condiciones climáticas complicaron el rendimiento de varios pilotos, ya que la lluvia había dejado el asfalto resbaladizo
Barras bravas delincuentes, movimientos de izquierdas y sindicalistas enquistados en el poder, que aparentemente defienden la noble causa de los jubilados, y lo harán marchando por $50 mil, o mas práctico, arreando los idiotas útiles funcionales a los dirigentes corruptos. Sus derechos a ellos nunca le importaron, solo quieren volver al kichnerato, por lo que acometerán contra Ud., golpearán sus derechos arremetiendo contra su futuro