LA AVENTURA DE SER PADRE (Para Nyko, novísimo padre)

El ser padre es una aventura vertiginosa, asusta por la responsabilidad en el mismo momento que te lo comunican, pero después, nos vamos abandonando a la felicidad de la noticia. Y comienzan desde ese mismo momento las anécdotas. Y éstas deben ser el acicate para volver a aplicar la filosofía de los niños a nuestro día a día.

OPINIÓN 11 de agosto de 2022 Valerio Meridio Valerio Meridio
ghj

No se como se habrá enterado ud. que iba a ser padre, mi amigo, pero yo no me olvido de ese día, fué un cansador viernes, las actividades se habían terminado, pero amenazaron con seguir el fin de semana. Libre de todo servicio, había enfilado para el lado de la cantina por un sabroso y completísimo sándwich de milanesa de almuerzo. Antes de dar el primer bocado, me dicen socarronamente: -¿Almorzando con los solteros?¿Problemas en el paraíso?. Y yo: -No estoy solo el fin de semana, mi esposa está con una excursión de su escuela. A lo que responde: -¡Bien! No se diga más, esta noche... Menphis, la blusera! , tengo los boletos.

Muy buen espectáculo, que se malogró sobre el final, las náuseas  me hicieron torcer el rumbo derecho a casa, donde sonaba el teléfono, mi esposa me comunica lo que ya sospechábamos en la semana, voy a ser padre. Y ahí empecé mi calvario mental, ¿Estaré a la altura? La Shadow no sobrevivirá a esto. (De hecho fué reemplazada por un R12, tristemente). Se avecinaban noches de insomnio, mamaderas de madrugada y fiebres que aparecen de la nada. Y claro, una fiesta de fin de año en casa de mi suegra. Cosas que ya sabia, pero que ahora eran reales. Mis responsabilidades me mantenían fuera de casa días y noches, y lo que habíamos planificado como tiempo de calidad ya no me parecía una buena idea. Para cuando terminé el fin de semana, ya estaba mejor y con ideas nuevas. Pero los bebés no vienen con manuales, a adaptarse y superar.

Los padres primerizos son un imán para los consejos. Así no los pidan, los recibíamos, y curiosamente parece que todos sabían más sobre nuestro bebé que nosotros mismos, y así llovieron los consejos, muchos contradictorios. Es por eso que me dije, lo mejor es escucharlos y dejarlos en stand by por si en algún momento considero oportuno llevarlos a cabo, teniendo claro que la persona que mejor sabe lo que necesita el bebé, es el bebé: si llora, la cosa va mal; si no llora, la cosa va bien, y así lo hice. Recuerdo  uno común a todos. Abrázalos todo lo que quieras, esté llorando o no, porque los hijos se tienen para quererles mucho, muchísimo, y disfrutar con ellos y de ellos, crecen demasiado rápido. Siendo yo mismo de un carácter hosco y reservado, debería tener especial atención en ello, pero tuvieron la virtud de sacar a flote lo mejor de mi.

Desde el momento en que los niños comienzan a hablar, dan ganas de seguirlos a todas partes y tomar nota de las ocurrencias que salen de su boca. La lógica no estándar de los pequeños y su franqueza llevan periódicamente a los adultos al estupor, pero más a menudo les dan ganas de sonreír o reír a carcajadas.
Estoy seguro de que no existe un niño que, al menos una vez en su vida, no haya proferido frases épicas que se han convertido en una anécdota familiar. Seguro que tú mismo y tus hijos también pueden contar algo parecido. Recuerdo a mi hijo menor, con unos tres años, mientras un dependiente le decía Pachi, escuchó que así le decíamos,  cuando le espetó en seco, -Sólo mis amigos me dicen Pachi, y Ud no lo es, Dígame Maxi. La madre solo me miró con gesto adusto y dijo: - ¡Je! berraco y bizarro, el enano, ¿A quien lo habrá sacado?. Después de todo, en mi defensa, viviendo en una ciudad, había que enseñarles a no hacer amistad con extraños.

Otra vez el mayor, ya me preocupaba con su actitud de sobreprotegido, es el primer nieto de ambas familias, podrá imaginar ud, mi amigo, que no era algo que yo disfrutara. Nadie podía usar tocar sus cubiertos o beber de su vaso, simplemente, ya no los usaba más, los desechaba, comida aparte si la que había no era de su agrado, ni hablar de comer carne. Así que tomé una decisión, para espanto de todas la mujeres de la familia. Este fin de semana iría conmigo al monte a cazar, y para allá fuimos. Convenientemente olvidé la mochilita con su tacita y demás, obviamente.

Todo fué bien en un principio, le enseñé a armar el campamento, despejar de víboras y demás. Pero al mediodía declinó mi guisodonte, al que tanto esmero le puse. Jugó y armó la carpa, como reaccionaría a la noche y su miedo a la oscuridad? seguramente igual. Pero no llegó a la cena, se durmió antes. Por la mañana advertí que olvidé el colador para el mate cocido. Lo hice con una media sin estrenar, a su vista pero estaba tan famélico que desayunó sin chistar. La prueba de fuego fué cuando advirtió que nos olvidamos el papel higiénico, afortunadamente había un arroyo. Resumiendo, para el mediodía del segundo día ya comía asado. Se ha convertido en un aguerrido montaraz y pescador que me sigue desde los cuatro años, jamás volvió a quedarse.

Fuimos fomentando su autonomía y, sobre todo, aceptar que los hijos son personas independientes. Si partimos de esta premisa, creyendo que cuando llegue el momento de la partida tendremos la seguridad de que saben valerse por sí solos y el proceso será menos traumático.

Hoy ya no están en casa, así que sincerarse con los hijos es una de las mejores maneras de abordar la nueva situación. Expresarles la necesidad que se tiene de seguir vinculados y continuar compartiendo momentos juntos: hacerse visitas, comer en familia, compartir unas vacaciones... Respetando siempre sus deseos, su necesidad de independencia y las decisiones propias que tomen.

Reconozco mi pena, trato de ver como algo absolutamente normal echar de menos a los hijos día a día. No  acelero el proceso de recuperación, hay que pasar el duelo de ver la casa vacía. Es necesario también para los hijos ver que se les apoya en sus nuevos proyectos, saber que tienen las puertas de casa abiertas siempre que lo necesiten y que no se sientan culpables por haber ‘abandonado’ a sus progenitores.

Al fin y al cabo, el consejo más importante que me dieron y que fue común a todos, fue el mas cierto, disfrútenlos, crecen demasiado rápido, demasiado.

Te puede interesar
kjdnlñkfñl

Crónica de una traición

Valerio Meridio
OPINIÓN 10 de febrero de 2024

Habiendo pasado un tiempo desde la caída de la Ley Bases, comienza a clarificarse las causas de esta acción. Los actores que lo hicieron posible quedan al descubierto tanto como el porqué de su negativa a la ley. La defensa de los intereses propios antes que los del pueblo los hace infames, despreciables... deleznables lo menos. Esta crónica expone la elección de seguir siendo siempre gobernados por el miembro más fuerte, astuto y sin escrúpulos de entre todos de tal clan político y su ejército de esbirros vasallos, de distinta bandera pero que accionan donde se les indica, todo un jefe tribal. Y ud. mi amigo, que es de los últimos conas de lanza, del fondo de la tribu, y tiene las flechas contadas, o de los cada vez mas sin flechas, pero viendo al capitanejo de la tribu darse la gran vida, atendido por sus chinas, en detrimento de su gente. Pero si como buen cona pampa quiere lo mejor para su tribu, el entrevero será bravo, el capitanejo no querrá perder sus privilegios. Sepa ud., mi amigo, que estamos en condiciones de avanzar hacia una Argentina nueva, pero no será fácil.

Lo más visto
mil-aulas-1

Pullaro firmó convenios con municipios y comunas para avanzar en la construcción de Mil Aulas

CIUDAD24
POLÍTICA Ayer

El gobernador Maximiliano Pullaro encabezó este miércoles en Santa Fe la firma de convenios con municipios y comunas de la provincia para la construcción de aulas, en el marco del programa Mil Aulas, que se enmarca en el Programa Abre Escuelas, política pública que demandará una inversión superior a los 100.000 millones de pesos. El acto se desarrolló en el Salón Blanco de Casa de Gobierno.