1982, improvisar, adaptar y superar.

El joven e inexperto Cabo Agüero adquiere veteranía en los ejercicios que se desarrollan, y estos serán de vital importancia en un futuro que el no imagina. Transcurre 1981, se desarrolla el Operativo Blasón, el país para este operativo ha sido dividido en Este/Oeste por la Fuerza Aérea Argentina. Sus medios aéreos se dividieron por igual para ambos bandos, Agüero está desplegado con 4 Pucará, que operan desde una pista de tierra en una estancia cerca de Ceres, noroeste de la Provincia de Santa Fe. En un bosque de eucaliptos camuflan y atienden a los Pucará, despegan, atacan, aterrizan y rápidamente son llevados al bosque lejos de los ojos adversarios. Hay aviones de reconocimiento fotográficos Guaraní y comandos con visores nocturnos merodeando, buscan dar con ellos para poder atacarlos. En esos tiempos la Fuerza Aérea Argentina tenía los medios adecuados para el contexto regional y mantenía a su personal adiestrado mediante el despliegue de sus Escuadrones Aeromóviles y ejercicios como el Blasón. Sostiene a su personal perfectamente adiestrados y operativos. Esto permite que el bisoño Cabo Agüero deje de serlo y se convierta en un avezado técnico a la vez que un aguerrido soldado.

Así, antes de la guerra estuvo desplegado con un Escuadrón Aeromóvil Pucará durante 48 días en Comodoro Rivadavia. Pocos días después de volver se entera por los medios de la reconquista de las islas y de repente recordó un grupo de Pucara que despegó artillado hacia al norte, pero aparecieron en Puerto Argentino después. Ser citado a presentarse a la Unidad y enterarse de la reconquista pasó al mismo tiempo.

La actividad en la III Brigada Aérea de Reconquista, al norte de Santa Fe, se vuelve febril, hay que acondicionar aviones, herramientas, repuestos y explosivos. Además de organizar el personal que desplegaría en apoyo a los dos Escuadrones Aeromóviles de Pucará, estos se destacarían a Comodoro Rivadavia y Puerto Argentino, al menos en principio.

Puerto Argentino, mes de abril, los suboficiales de FAA atendiendo un vuelo de Pucará, este avión fue diseñado para operar con poca asistencia, pero igualmente requiere de apoyo en tierra,  de verde con brazalete blanco está Agüero. Al fondo helicópteros Puma del Ejercito Argentino.

Los Hércules empezaron a transportar todo ese despliegue al sur, su grupo llegó a la I Brigada Aérea de El Palomar haciendo una escala técnica, partiendo después en vuelo directo a Malvinas, llegando de madrugada. Recuerda una anécdota en la cuál le preguntan al C1º Montaño, un catamarqueño mecánico de Pucará, si reconocía el lugar de aterrizaje, ya que él estaba mas cerca del portalón de carga que se abría, al estar todo oscuro, lo único que vio fue un cartel, apenas iluminado por la luz interior del Hércules, así que les respondió jocosamente mientras se encogía de hombros: "estamos en No Smoking". Y estallaron todos en carcajadas (Era el cartel de no fumar en la plataforma de combustible). Montaño jamás regresaría de las islas.

Se dedicaron a prepararse para el combate, por más que se negociara, sabían que los ingleses nunca se iban sin pelear. Lo primero fue dispersar los aviones por la pista y calles de rodajes del aeropuerto de Puerto Argentino, para que no fueran blanco fácil. Descargar y ordenar el material que les seguía llegando a bordo de los Hércules, era una tarea agotadora. Detrás de la torre de vuelo, armaron una gran carpa para su grupo.

La B.A.M. Cóndor y sus Pucará

Las anécdotas se suceden , cómo aquella cuando vieron un capitán "liberar" una horma de queso y esconderlo, en un descuido lo metieron dentro del fuselaje de un Pucará, mientras el mencionado capitán buscaba el queso con gran pesadumbre. Luego en la carpa con todos, de gran picada con el susodicho queso, ingresa el mismo capitán a dar un par de directivas para el día siguiente, mientras lo hace, mira atentamente su queso vuelto a "liberar", así como al descuido le hicieron un lugar, para que participara de la ronda quesera, mientras le cortaban un generoso trozo de queso. En otra ocasión, cansados ya de bajar municiones de los Hércules, mientras que veían que a los camaradas del Ejército les llegaba siempre más comida, pergeñaron un plan. Al chatón con el cuál descargaban la munición, le pusieron cajones vacíos de munición de 20mm y allí pusieron la comida liberada, mientras que al mismo tiempo, sobre ellos descargaban el resto del material explosivo. Ellos tampoco se libraron de ser incursionados, en una ocasión no encontraron el tractor con que hacían los movimientos de los aviones...desapareció. Lo encontraron enterrado, más que en la turba, era un pantano. Se montó su rescate en un gran helicóptero Chinook, del que saltó Agüero, sólo para enterrarse hasta la cintura. Después de mucho renegar pudieron despegar el tractor y llevarlo colgando del Chinook hasta terreno sólido. Décadas después se enteraron quién había sido el responsable, un joven alférez, hoy ya un Comodoro retirado, alias el Tero, que intentó mover con el bendito tractor, sus piezas de de artillería antiaérea.  Después de todo la velocidad mental y la adaptabilidad al medio es una característica inherente a quién se considere un soldado alado, como tristemente descubrirán los ingleses. 

El 14 de abril de 1982 fue creada oficialmente la Base Aérea Militar Cóndor con asiento en el Istmo de Darwin, ante la necesidad de disponer de una pista alternativa a la de Puerto Argentino. El 29 de abril fueron trasladados a Darwin,  los Chinook que los llevaban, tenían ametralladoras en las puertas laterales y traseras, para intentar algún tipo de defensa, pero si un Harrier los interceptaban, solo habría un resultado, el derribo del helicóptero. En el lugar se encontraba el Regimiento de Infantería 25, y habían bautizado al lugar como Helipuerto Santiago. A la llegada del Escuadrón Pucará se la denominó pomposamente Base Aérea Militar Cóndor, pero no dejaba de ser un potrero donde las generosas bondades del Pucará serían puestas siempre a prueba. Allí armaron sus refugios y posiciones defensivas.

Así llega el 1º de mayo, día del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina. Bautismo que la F.A.A. pagó con abundante sangre buena. A las 4 de la madrugada los ingleses atacaron la B.A.M. Malvinas en Puerto Argentino, haciendo saltar las alarmas en la B.A.M. Cóndor, ya que era lógico suponer que los ingleses intentarían destruir la pista y los Pucará allí estacionados.

El terreno no ofrecía ninguna posibilidad de ocultar los aviones, la única posibilidad de salvarlos de un ataque era ir moviéndolos constantemente. En eso estaban, y Agüero estaba a 40mts de un Pucará cuando gritaron ¡Harrier! se tiró cuerpo a tierra cuando tres Harrier, pasaron como una exhalación lanzando sus bombas. La sorpresa fué total, la artillería no reaccionó a pesar que estuvieron haciendo prácticas momentos antes. Las bombas eran Belugas (Una bomba de racimo que disemina bombas mas pequeñas que explotan en distintos tiempos), por lo que aún siguen las explosiones de las submuniciones. Trata, con otros camaradas, de salvar de un incendio las espoletas de las bombas, municiones de 20mm y motores y cabezas de cohete, algunos cajones lo llevan ya en llamas y los apagan.

Había un Pucará con el tren delantero quebrado al caer en un pozo, justo antes del ataque, las explosiones fueron delante y detrás de éste. Pero igualmente el golpe ha sido duro, otro Pucará fue alcanzado de lleno, su piloto y sus técnicos alistaban el avión para el vuelo. Todo se salda con 14 heridos y 8 muertos, en este ataque fallecen el teniente Daniel Jukic, los cabos principales Mario Duarte y Juan Rodríguez; los cabos primeros José Peralta, Miguel Ángel Carrizo, José Maldonado, Agustín Montaño y Andrés Brashich. Aún así logran rescatar de abajo de uno de los planos del Pucará al Suboficial Gatica, y debajo de la cola rescatan al Cº Izaguirre con su buzo de vuelo acribillado por las esquirlas, pero vivo. Los muertos fueron enterrados en la turba malvinera, los heridos evacuados a Puerto Argentino, para trasladarlos luego al continente.

La artillería antiaérea argentina en acción.

El 4 de mayo detectan 3 ecos en el radar, son Harrier a 5 km y aproximándose, se coordina el accionar. Los argentinos abren fuego. Un Harrier se aleja humeando, no llegará al portaaviones. Otro es alcanzado de lleno por un cañón antiaéreo bitubo Oerlikon 35 mm del Ejército, se precipita a tierra sobre un campo minado, falleciendo su piloto. Pero al mismo tiempo que el cañón impactaba en el avión, el Soldado Aeronáutico  Agustín Rene Loaisa, quién cumplia su Servicio Militar Obligatorio en la Compañia Seguridad y Defensa de la Escuela de Aviación Militar, hizo fuego rabiosamente con su ametralladora MAG contra el Harrier que venía de frente disparándole sus cañones Aden de 30mm , el avión derribado, da un panzazo en el terreno, sale expulsado su motor y cae a 1200 mts. El Harrier se arrastra hecho una bola de fuego por la turba, con rumbo directo a Loaisa, quién exaltado, aún sigue haciendo fuego. A último momento se acurruca en su pozo de zorro, no sin que el bólido llameante pase sobre su posición,   le chamusque el cabello y hasta una oreja. Sigue su alocada carrera hasta un búnker de triple hilera de durmientes que oficia de centro de comunicaciones y torre de vuelo, pero sin consecuencias, su construcción es sólida.

En total la BAM Cóndor soportaría ataques por aire 12 veces, cañoneo naval después del 21 de mayo casi todas las noches, y por tierra 27, 28 de mayo, pero los ingleses jamás volverán a atacar a baja altura, lo harán desde mas de 6000 metros de altura, lo que hacía ineficaz su accionar. El cuerpo de Nick Taylor, tal era el nombre del piloto inglés, aún en el asiento eyectable, fue recuperado, y se constató que las ráfagas del soldado aeronáutico Loaisa lo habían matado. Fue sepultado  con todos los honores militares de parte de los argentinos, muy cerca de donde cayera abatido. En cuando al Soldado Aeronáutico Loaisa, pasó a ser el Dragoneante Agustín Rene Loaisa, recibió sus galones en una formación al otro día. Un ascenso en el mismo campo de batalla, algo que jamás pasó en la joven Fuerza Aérea, un raro privilegio que no se otorgaba quizás hace mas de 100 años y aún así en contados casos

El 9 de mayo parten los Pucará hacia un patrulla ofensiva, para aterrizar después en la Isla Borbón, y allá marcha desplegado Agüero en un Chinook, en un riesgoso traslado, a dar apoyo de vuelo. Las condiciones son difíciles, es necesario trabajar sin guantes, por lo que se relevan cada 15 o 20 minutos, el frío endurece las manos.

Croquis de la Estación Aeronaval Calderón

El lugar es denominado Estación Aeronaval Calderón, y defendida por una compañía de Infantería de Marina. Allí operan 4 aviones Turbomentor de la Armada, un Skyvan de la Prefectura y 6 Pucará de la FAA. En Malvinas no hay muchos lugares donde desplegar con seguridad los aviones, y menos escamotearlos de la atenta mirada del enemigo.

El 15 de mayo los ingleses lanzan una operación para acabar con los aviones, pilotos y su personal técnico. Hacen un fuego artillero de barrera desde los navíos que impide llegar hasta los aviones. Agüero y otros deciden flanquear el fuego, pero por ese lado ya hay una ametralladora inglesa con mira de visión nocturna. Los tiene clavados en tierra, los proyectiles trazantes casi parecen alcanzarlo. cerca suyo un Infante de Marina es alcanzado en un  brazo. No se puede avanzar ni retroceder. De repente se escucha una gran explosión en medio de los ingleses, el fuego amaina, los ingleses se retiran. Han sido muy lastimados cuando los argentinos accionaron las cargas explosiva puestas en prevención de este ataque. La segunda parte del plan, acabar con el personal de pilotos y técnicos no llega a cumplirse. Agüero da un dato de esa  noche, una unidad comando inglesa que tomó parte del ataque, extrañamente chocaron una ola volando en un Sea King, dándoselos por muertos. Y si tenemos en cuenta que así blanqueaban los ingleses sus bajas, fácil es suponer que la explosión los mató, llevándose los cuerpos sus camaradas en retirada.

El tractor misilístico

Ya de vuelta a istmo de Darwin, tienen pocos aviones. Luego estos son enviados a la BAM Malvinas y a ellos no les cabe ni una duda que si el Ejercito es sobrepasado, deberán pelear. Lo primero que hacen es desmontar el armamento de los Pucará que allí quedaron por estar fuera de servicio, cañones, ametralladoras, cohetes, todo sirve.

Una cohetera de Pucará sobre un gallinero, se disparará desde donde sea con lo que sea al inglés.

Se fabrican afustes para disparar armas hechizas, se buscan baterías para accionar las ametralladoras, ya que estas son eléctricas. Hacen disparos de prueba con los cohetes del Pucará, y así hacer cálculos inherentes a la puntería. Una vez uno de los cohetes baja a la playa corre como torpedo debajo del agua, sale otra vez y pega en un viejo casco de madera, que era el blanco. En una ocasión el Tte Morales se ofrece para disparar una bazooka improvisada que dispara cohetes de Pucará y tiene una tapa de un tambor de 200 litros como protección. Al disparar, la deflagración lo revuelca por el piso, pero queda ileso.  Agüero sabe que viene a una batalla desesperada y en inferioridad de condiciones, no importa, tienen la intención de darles de tal forma a los anglos, que no se olvidarán. Ya sin aviones que atender, directamente no se separa de su FAL, se lo había agenciado al principio de la guerra en su caja original, y piensa darle buen y amplio uso.

Ante el peligro de que la ONU ordenase un cese de fuego, después de desembarcar las tropas, Gran Bretaña decidió atacar la guarnición argentina de Pradera del Ganso-Puerto Darwin para eliminar la posibilidad de un acuerdo de paz. La batalla de Pradera del Ganso, En total la BAM Cóndor soportaría ataques por aire 12 veces, cañoneo naval después del 21 de mayo casi todas las noches, y por tierra 27, 28 de mayo, pero los ingleses jamás volverán a atacar a baja altura, lo harán desde mas de 6000 metros de altura, lo que hacía ineficaz su accionar. la necesidad de una “victoria rápida” de los ingleses que se convirtió en un infierno. Esto porque la comunidad política inglesa se impacientaba por la falta de resultados y el duro castigo propinado por la FAA. 

Un tobogán ofrece altura y mejor visión a una cohetera de Pucará, se les disparará con todo a los invasores.

 El ataque sobre Puerto Darwin comenzó en plena oscuridad, cerca de las dos y media. Hacia las seis, los británicos ya habían destruido la primera línea de defensa y sometían a las compañías Ejército. Pero el heroísmo de los soldados argentinos les causó una resistencia inesperada de 36 horas de sangre y fuego. Aquí se produce la caída de “Rayo de Sol”, el militar británico de mayor rango en la batalla, el Coronel Jones. No será fácil. Agüero ve en la noche que se inicia la batalla,  de a poco los disparos, fogonazos y las explosiones se acercan a su línea, el personal de la Fuerza Aérea espera, pronto abrirán fuego con sus coheteras, sus ametralladoras eléctricas y demás ingenios que los mecánicos armeros han inventado, asistidos por sus camaradas.

En esa última línea de defensa se ve un variopinto grupo de distintas fuerzas, Fuerza Aérea Argentina, Ejercito Argentino y Prefectura Argentina, personal del destruido Skyvan de Prefectura. Luego van sumando personal del Ejercito que se retira de las primeras líneas.

El combate se torna violento. Ve como los ingleses son clavados a la turba por un ataque de los Pucará, sufriendo bajas, tanto los ingleses, como los Pucará. Luego una sección de Aermacchi de la Aviación Naval realiza otro ataque aéreo. Siendo uno derribado por el fuego concentrado de fusilería de los propios soldados argentinos. Por ese ataque, los ingleses aflojan la presión retirándose al norte.

El enemigo ya está a la vista y a plena luz del día. Comienzan con su fuego a las 8 AM y lo mantendrán ininterrumpidamente hasta las 16 PM. Agüero está en un pozo de zorro, allí se ha llevado un cajón con 2000 municiones de fusil, no es de buena educación el negarles proyectiles a los ingleses. Pero sólo tiene 5 cargadores para su fusil, así que mientras carga 4 deja uno lleno puesto en su FAL, es para lo único que interrumpe su fuego. Cerca está uno de los cañones antiaéreos que hacen fuego rasante dan de lleno a los ingleses, los inmovilizan. Agüero hace fuego sobre un grupo que finalmente le lanza un misil, pero se mantiene aferrado a su lugar. Otro grupo de ingleses trata de buscar refugio detrás de un tractor, los artilleros del Ejército Argentino hacen fuego con un cañón de 105 mm, les da de lleno, haciendo volar por los aires hasta el tractor. Los ingleses se mantienen a 300 metros y no pueden avanzar.

Entierro en Darwin-Pradera del Ganso luego de la batalla. Los ingleses rinden honores a los soldados argentinos muertos en combate.

Pero la munición se termina, Agüero ya da señales de fatiga, hace 3 noches que no duerme. El alto mando inglés hizo saber que tenía orden de Londres de bombardear con todo lo que tenía, aniquilar no solo a las tropas argentinas sino también a los isleños del caserío.  Entonces, se decidió entablar diálogo y pactar la rendición.  A las 11:00 hs del 30 de mayo se produjo el cese de fuego y el final de uno de los más encarnizados combates terrestres de la campaña de las Malvinas. Las bajas fueron numerosas por ambas partes —cuarenta y siete muertos y noventa y ocho heridos en nuestras fuerzas; diecisiete muertos y treinta y cinco heridos en el bando británico—. Agüero dice las cifras inglesas no son ciertas, solo frente a su línea yacían alrededor de 300 ingleses muertos por acción de los cañones antiaéreos que les dieron de lleno. La rendición los encuentra fatigados, pero de pie y erguidos en sus uniformes manchados de tierra, sudor y guerra.

Es tomado prisionero, vuelve a Argentina vía Uruguay, es dónde el buque inglés Norland lo desembarca el 12 de junio y el ARA Piloto Alsina lo regresa al país. Toda una larga odisea muy resumida en una nota en la que claramente se nota resumida, recortada su historia por la falta de espacio.

El Suboficial Mayor Sergio Aquiles Agüero vuelve a servir, años después, en otra guerra, esta vez con el Escuadrón Hércules de la I Brigada Aérea en la Guerra del Golfo. 

Se retira, cumplido sus años de servicio destinado en la II Brigada Aérea de Paraná, Entre Ríos, dónde reside viviendo su merecido descanso del guerrero.

Por su entrega total al servicio de la Patria, estamos en deuda con él.