El lado oscuro de la amabilidad o de como llegar a la ataraxia.

Desde el estoicismo se puede aprender estrategias clave para mantener un equilibrio saludable entre la ayuda a los demás y la preservación de tu propio bienestar. Prácticamente es un deber con nosotros mismos establecer límites saludables y decir "no" cuando sea necesario, sin sentirse culpable. La generosidad excesiva puede tener impactos negativos en la vida diaria. Desde el agotamiento emocional hasta el empobrecimiento financiero, la amabilidad desmedida puede afectar el bienestar.

SALUD 21 de octubre de 2023 Valerio Meridio Valerio Meridio
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Explora del lado oscuro de la generosidad y cómo convertirte en un apoyo más sostenible para ti y para los demás!

Se nos enseña que debemos dar, compartir y priorizar la generosidad sobre nuestros intereses personales. ¿Pero alguien nos advierte de los peligro de ser demasiado amables y compasivos?

Vivimos en un mundo dónde siempre recibimos lo que damos, ya que está lleno de personas generosas, que tanto vacían sus recursos financieros como energéticos a través de donaciones indiscriminadas. En el futuro, ¿Podría la generosidad excesiva poner incluso en peligro nuestras propias vidas? Pues deberías asombrarte por los inesperados efectos negativos que la amabilidad puede traerte. Tendrás expectativas poco realistas de las personas, por ejemplo.

Los estoicos enfatizaron la necesidad de aceptar las circunstancias tal cual son y no basar nuestra felicidad en las acciones de los demás. Al dar sin esperar demasiado a cambio, evitas la decepción y practicas el desapego emocional, lo cual nos lleva a una mayor paz mental.

Imagina este escenario, te esfuerzas por ser generoso y amable, dando de ti lo mejor a los demás sin esperar nada a cambio. Esta actitud es noble, pero a menudo nos encontramos esperando, consciente o inconscientemente, que otros respondan con el mismo nivel de generosidad, esperamos que las personas reconozcan nuestro esfuerzo y respondan de manera similar. ¿Pero que sucede cuando estas expectativas no se cumplen? La raíz de nuestros problemas radica en nuestras expectativas al asumir que los demás responderán de la misma manera que nosotros. Nos ponemos a nosotros mismos en una posición vulnerable. Si bien es natural desear que los demás aprecien y valores nuestras acciones, el estoicismo nos recuerda que no podemos controlar las acciones de los demás. Podemos controlar solo nuestras acciones y reacciones. Es difícil para nosotros ser completamente altruista en nuestra generosidad, consciente o inconscientemente. Cuando damos todo esperamos que los demás hagan lo mismo. 

Sin embargo te has acostumbrado tanto a hacer todo por ellos, que darán por sentado que puedes manejar todo, tanto en sus vidas como en la tuya, especialmente la tuya. ¿Así que por que asumirían tus responsabilidades? La verdad es que tus expectativas de reciprocidad, no se cumplirán, y lo que te sucederá es que estarás de mal humor, fatigado, frustrado y decepcionado. Y el estoicismo nos enseña que nuestra verdadera riqueza, radica en nuestra capacidad para dar sin esperar nada a cambio, encontrando la alegría en el acto mismo de dar, y manteniendo nuestra paz mental, sin importar las respuestas de los demás.

La gente solo esperará que les des algo, la practica de la moderación, tan apreciada por los estoicos, se convierte en un ancla en un mar de demandas interminables, en lugar de ceder a las peticiones ilimitadas de los demás, el estoicismo nos insta a equilibrar nuestra generosidad. Al dar de manera equilibrada, mantenemos el control de nuestras acciones y evitamos caer en patrones que desgastan nuestro bienestar emocional. Las personas a menudo se adaptan a las situaciones y entornos que les resultan cómodos, de esta tendencia humana es de donde nace el concepto de zona de confort. Si constantemente asumimos las responsabilidades de los demás, les estamos permitiendo permanecer en sus zonas de confort. No sienten la necesidad de crecer o enfrentar desafíos, porque saben que siempre estaremos ahí para cubrir sus espaldas. El problema no solo es para los demás, sino para nosotros. Al asumir tantas responsabilidades ajenas descuidamos nuestras necesidades y prioridades. nos encontraremos en un ciclo de dar sin recibir, lo que agota nuestras energías, y mina nuestro bienestar emocional. Practicar la moderación y dar de manera equilibrada permite tener el control de tus propias acciones, evitando caer en hábitos que desgastar el bienestar emocional. Si das todo el tiempo, los beneficiarios de tu generosidad, esperaran que les des algo todo el tiempo. Es importante dar, pero es crucial mantener un equilibrio, al establecer limites claros y practicar la generosidad de manera equilibrada, no solo conservamos nuestra paz, sino que alentamos a los demás a crecer como individuos, asumiendo sus responsabilidades. Este equilibrio nos nutre a nosotros y a los demás.

Cuando tus prioridades son pisoteadas.

Los estoicos han establecido la importancia de vivir con la razón y la virtud, estableciendo límites, priorizando nuestras responsabilidades, esenciales para mantener el equilibrio y no sacrificar nuestra autenticidad y bienestar por otros. Si estás dando todo por las prioridades de otras personas, es posible que te encuentres huyendo de algo dentro de ti, que te cause dolor y miedo.

Las emociones que surgen en los momentos de soledad, pueden ser abrumadoras, la sensación de vacío, el silencio ensordecedor y el anhelo de conexión, pueden generar un profundo malestar emocional. Es en ese momento que buscamos refugio en las necesidades de los demás. Nos sumergimos en el servicio a los demás como una forma de llenar el vacío que sentimos dentro de nosotros mismos. El costo de esta entrega incesante es alto, nos perderemos a nosotros mismos en el proceso, tu voz interior ahogada por las demandas externas, y tarde o temprano, en el silencio y la quietud, atacarán con fuerza renovada el miedo y el dolor que tanto buscas evitar. Es fundamental reconocer que atender nuestras propias prioridades, no es egoísmo, es una forma de preservarnos. establecer límites y vivir de acuerdo a nuestras virtudes, no es solo un un acto de amor propio, sino también un camino a una vida autentica y significativa. Así que aprende a decir no, cuando es necesario. al honrar tu autenticidad, te fortaleces internamente, así podrás enfrentar tus miedos desde un lugar de plenitud equilibrada y genuina.

Si sos visto como débil te tratarán como tal

Debemos cultivar la fuerza interior y establecer límites, practicando la autodisciplina. Si ayudas siempre, con el tiempo seguramente serás visto como una figura de autoridad en el área que colaboras, pero también puedes dar la impresión opuesta. En este contexto, la falta de límites te hace vulnerable, las personas perciben esta vulnerabilidad y pueden comenzar a aprovecharse de ti, estarás continuamente recargado, agotado o frustrado.

Si ayudas a todos lo que están a tu alrededor, tiene un lado oscuro, en momentos alegres y relajados suelen excluirte, esto puede ser desconcertante y hasta injusto en muchos sentidos, pero la realidad es que le recuerdas sus propias limitaciones, ya no compartirán como antes, pero la adversidad los llevará a ti otra vez.

Claro, si siempre ayudaste y dices no, seguramente reprocharán y se sentirán traicionados. Pero si te valoras a ti mismo lo suficiente, serás tratado con dignidad y consideración. Por esa pequeña palabra ya no serás una presa fácil para las demandas incesantes de los demás. En última instancia, el respeto no proviene de los demás, sino de como te tratas a ti mismo. Serás tratado con dignidad y respeto cuando tus límites estén siendo probados, solo di no, cuando sea necesario. Así reafirmas tu propia valía, y te defiendes a ti mismo.

Atentos, ser estoico no es ser cínico o desconfiado, sino abogar por una comprensión profunda de la naturaleza humana, a través del discernimiento puedes ayudar solo a aquellos que lo necesitan, lo que hará que te rodees de personas que te aprecien por lo que eres y no por lo que puedes darles. De tal modo debes practicar la moderación en nuestra generosidad.

Despertarás sospechas

El estoicismo nos anima a actuar virtuosamente, independientemente de cómo otros puedan percibirnos. Al enfocarnos en vivir en armonía con nuestros principios y valores, construimos una reputación genuina, que es resistente a sospechas infundadas. Aunque nos gustaría que las cosas sean diferente, el hecho es que las personas genuinamente generosa, no son abundantes en este mundo. Por lo tanto si eres una de ellas, despertarás sospechas en lugar de gratitud, se preguntarán sobre tus intenciones ocultas.

No los puedes juzgar, la mayoría de la personas demasiado entusiastas, tienden a ocultar intenciones tan macabras, que es mejor alejarse de ellas y renunciar a la ayuda que quieren proporcionar (Me hace recordar las próximas elecciones, y no lo digo por algún candidato en particular, sino de todos general).  Así que presta atención a lo que dice tu autoconciencia, tus emociones y sentimientos.

Presta atención a tus sentimientos, si algo a lo que no tienes obligación te causa tanta incomodidad, es necesario que no te engañes a ti mismo para ver que la ayuda que brindas afecta tu bienestar. Debes decir no, siempre necesitarás tiempo y espacio para cuidarte ti mismo. Haz lo que disfrutas, lo que te motive, es algo que debes tomar en serio, tanto como para programarlo.

Y si alguien te pide ayuda durante ese tiempo, deben ser muy respetuosos y cooperativos con vos, pero juzga di que no cuantas veces puedas, y ofrece la ayuda que puedas para otro momento. Recuerda que tu disponibilidad debe ser limitada porque tienes tu vida a la que atender.

Otra cosa, por mas que no lo aceptes, hay personas que son vampiros energéticos, basta que estén cerca tuyo para que te sientas emocionalmente agotado. Al distanciarte estas personas que constantemente agotan tu energía, y no contribuyen, cuidas tu propio bienestar y aplicando el autocontrol estoico en tus relaciones. Yo he tratado de ayudar a esta gente, no funcionó jamás, te abruman con sus quejas, sus dolores y su visión catastrófica de la vida. Olvídate de ayudarlos, corre, no quieren resolver sus problemas, porque deberían dejar de quejarse, de culpar a los demás por las situaciones en las que ellos mismos crean y eso es algo que no tolerarían.

Para un estoico, y la vida en general, la mejor medida de las cosas es un punto intermedio, y la generosidad, no es la excepción. Si damos poco, pareceremos egoístas y avaros. Si damos en exceso terminamos completamente agotados de energía, tiempo y hasta dinero.

Recuerda, un día, el Altísimo nos preguntará que hicimos con la vida que nos dió, decir di generosamente todo, no alcanzará, porque nos dirá: no, TÚ vida, era tu responsabilidad accionar para ser feliz.

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