24 de Marzo, la otra cara de la moneda

De acuerdo al axioma que dice que quien tiene el poder, escribe la historia, la sociedad argentina ha sido aleccionada en cuanto a su historia, aleccionada digo porque ha sido amaestrada en una falsa historia, ya que omitir parte de la verdad, también es mentir. Y si tienen que hacerlo para un gran negocio como Sueños Compartidos, simplemente se hace. Y se demoniza a todo aquel que esté en contra. Tómese como ejemplo a Luis Labraña, ex militante de Montoneros, se adjudicó la autoría de la cifra de 30 mil, no los cerca de 7158 reales según el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), y justificó que fue “una mentira necesaria para conseguir dinero para las madres de los desaparecidos”. A partir de ahí...

OPINIÓN 21 de marzo de 2023 Valerio Meridio Valerio Meridio
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Soldado argentino en el Operativo independencia

Ahora, no hay olvido ni perdón, de un bando ni del otro: Los terroristas que quisieron, de acuerdo su ideología,  hacer una sangrienta revolución y los que, con el concepto de la Patria, se opusieron, nadie va a dejar de llorar a sus muertos y nadie va a perdonar al asesino de sus muertos.

Entonces, es una herida abierta que jamás sanará por el simple hecho que sólo se juzgó un bando, mientras que al otro...se los hizo ricos a puro billetito, eso si pagado por los argentinos, por algún trauma o desgracia que pudiera haber sufrido durante su accionar contra la sociedad y el estado argentino. 

Hubo un pequeño clamor de justicia, se la llamó teoría de los dos demonios, se juzgaría a ambos bandos por sus responsabilidades, lo cuál nos hubiera permitido seguir adelante como un país serio, pero se puso el grito en el cielo, era malo para los negocios, recuerda? Y así, muchos militares siguieron en prisión hasta el día de hoy por haber pasado por tal o cual unidad. Pero sin juicios, sin sentencias, siendo muchos de ellos héroes de Malvinas, fueron muriendo en la cárcel. ¿Pero porque los adalides de los derechos humanos rompían su propios preceptos? por dos cosas, verdades incómodas y...otra vez...mantener el negocio.

Las líderes de Madres y Abuelas han podido decir y hacer prácticamente cualquier cosa. ¿Se imagina Ud. si el juez lo llama y Ud. no se presenta? Pero, doña Hebe hizo eso y apología de otras cosas mas. No, no... a Ud. se lo lleva la fuerza pública, y en el mientras tanto, ellas se quedan con subsidios pagados con su dinero.

También Ud. debería saber que entre los nombres de los desaparecidos se incluyen fusilados por los propios grupos guerrilleros a los que pertenecían, en cumplimiento de sentencias de "juicios revolucionarios", como fue el caso del cordobés Fernando Haymal, de 26 años. Incluye también a muertos en tiroteos con la policía de otros países, como Hugo Irurzún, el "Capitán Santiago" del Ejército Revolucionario del Pueblo, fallecido en Asunción del Paraguay en 1980, luego del atentado contra el ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza.

Además, el kirchnerismo "extendió" el objetivo original de la Conadep; esta comisión fue creada por el presidente Raúl Alfonsín en 1983 para recoger información sobre los detenidos desaparecidos durante el régimen militar; en 2006, Néstor Kirchner incluyó a las "víctimas del terrorismo de Estado" antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y desde 1969. Figura, por ejemplo, Fernando Abal Medina, el primer jefe de Montoneros, quien murió en un tiroteo con la policía en 1970, poco después de secuestrar y matar al teniente general Pedro Aramburu; la inclusión de Abal Medina (tío del actual jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina hijo) habría sido realizada sin que su familia lo supiera. Esto, aclaro por las dudas, se dió en pleno gobierno democrático, ¿Vió?

Uno hasta se puede llegar a comprender porque quieren honrar a sus combatientes, pero el tema de las indemnizaciones...cifras que no son ciertas, víctimas que no fueron tales, pagos irregulares de dineros que salen del presupuesto público: demasiadas opacidades para una historia que merecía otro desenlace y que ha sido corrompida por el recurso político del relato.

Encontré un escrito de Gabriel Vénica, el que transcribo a continuación, nadie lo explica mejor:

MITO CRIOLLO: LOS MILITARES GANARON LA BATALLA PERO PERDIERON LA GUERRA CULTURAL

Los militares ganaron la batalla y "nosotros"  perdimos la guerra cultural y entregamos a los militares como botín.   

Tengo fresca la memoria de 1978 por ser el año del mundial. La subversión estaba vencida militar, social y culturalmente. Nadie se quejaba de "la represión" (salvo el zurdaje extremo y en Francia). Y no es cierto que no sabíamos lo que había pasado, como se instaló después. Videla miraba los partidos sin siquiera contar con la protección de un vidrio antibalas (como pocos años antes usaba Perón en sus discursos). Los jugadores corrían a gritarle los goles (lo que ha sido lamentablemente borrado de los videos…. Pero puede deducirse viendo, por ejemplo el festejo de Houssemann después de su gol a Perú, donde claramente corre a un costado y levanta sus brazos hacia un lugar concreto de la tribuna (allí estaba la Junta completa)). Y la tribuna aplaudía a rabiar. Ningún silbido. Y no era por miedo. La gente estaba feliz. Y en el 79 (mundial juvenil de Japón) Videla era ovacionado junto con Maradona en el Balcón. 

El gobernador militar de Santa Fe asistía a los 100 años de la Fundación de mi ciudad (Avellaneda Santa Fe 1879- 1979) y era recibido como un prócer y comía en mangas de camisa sobre tablones en medio de miles de personas... Los medios destacaban la victoria sobre la subversión.... Daba vergüenza tener un pariente montonero, erpiano o zurdo. Palabras como Firmenich, Perdía, Santucho eran vomitivas... 

Pero pasó el tiempo, la gente olvidó la orgía de sangre en la nos habían sumido montoneros y ERP, no se dieron algunos resultados económicos, el progre izquierdismo agazapado comenzó a salir de la madriguera (lo que publicaba la revista HUMOR respecto a los militares hubiera significado cárcel y censura en época de Alfonsín, como le pasó a Rosendo Fraga, Rouco y varios periodistas más). Y con la guerra de Malvinas cartón lleno: éramos tierra abonada para cualquier semilla. Aburridos como los marineros de Ulises solo nos faltaba que empiece a cantar alguna Sirena.

Y apareció la “Sirena Alfonsin(a)”. Y entregamos la progenitura por un plato de lentejas. Todavía seguía siendo mala palabra decir Santucho o Firmenich. Pero la paciencia infinita de la pedagogía gramsciana y marxista ya tenía a los alumnos en fila dispuestos a vender su alma al diablo con tal que la maestra le prometa pasar sin estudiar.

Y los pedagogos… Verdaderos “maestros en humanidad” (y no la Iglesia) sabían que, ventana de Overton mediante, había que ir paso a paso:

a) Primero demonizar a todos los milicos y a la guerra subversiva. Lo que les resultó fácil  porque el peligro había pasado y los Argentinos somos así. Cuando de un lado tenemos lo absolutamente malo del otro lado todos son buenos
b) Después integrar a los malos a la sociedad. 500 montoneros fueron funcionarios de Menem, otro tanto durante Duhalde (Viviana Gorbato: “Montoneros, soldados de Menem, soldados de Duhalde?”). Nadie lo sabía. No hacían ruido. Filmus a cargo de educación. Galmarini. Prolijos empleados trabajando para la Revolución Productiva y aprovechando los beneficios del indulto… y al final… las indemnizaciones.
c) Con Kirchner les llegó la hora. Entonces ya no se trató de demonizar el gobierno militar o incorporarse a la vida civil. Había que hacer realidad la patria socialista y “vengarse”
d) Durante todo este tiempo, arrancando con Alfonsín, la izquierda ocupaba silenciosamente lugares en educación, cultura, los medios y preparaba los ingredientes y enseñaba “relatos” a los niños en las escuelas mientras los “PADRES ARGENTINOS QUE HABÍAN VIVIDO LOS 70 RECIBÍAN LECCIONES DE SUS HIJOS Y NIETOS SOBRE LO QUE HABÍA PASADO Y CALLABAN, POR COBARDES, POR CÓMODOS Y POR PELOTUDOS”.

Y sigue pasando, como mucho imbécil que escucha que su hija disfrazada de verde le explica que un tipo con pito puede ser una mujer con un poco de “control mental”. Afortunadamente aparecieron Laje y Marquez.

Nosotros perdimos la guerra. La democracia perdió la guerra. Militar, social y culturalmente. Le entregamos el país a la subversión setentista.

De Gabriel Vénica

Retomando, por un lado está el último grito del soldado Hermindo Luna, ametrallado a sangre fría por los montoneros defendiendo su unidad: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”. Por el otro tienes un Firmenich susurrándote su verdad al oído. ¿Quien se quedará finalmente con su alma? depende de Ud.

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