
La infodemia, o la cantidad excesiva de información, y la desinformación, la información falsa o incorrecta con el propósito deliberado de engañar, está a la orden del día. De esto hacen uso y abuso inclusive gobiernos y organismos oficiales e internacionales. ¿Cómo puede desentralazar esto el ciudadano de a pie? Pues suerte con eso, porque aquí le dejo un pequeño y malvado ejercicio a su poder de dilucidación.