Call of Duty Modern Warfare II: La guerra nunca cambia, ¿verdad?

Call of Duty Modern Warfare 2 es exactamente lo que estabas esperando. Bethesda lleva muchos años advirtiéndonos de que la guerra nunca cambia y en versión virtual casi menos. Call of Duty es una de las sagas más exitosas de la historia de los videojuegos y el reinicio de Modern Warfare en 2019 nos dejó un gran sabor de boca así que ¿por qué narices iba a querer cambiar la guerra Activision? 

Una campaña de pequeñas refriegas
Infinity Ward lleva años planteando la Guerra Moderna como un conjunto de pequeños enfrentamientos y no la imagen multitudinaria que tenemos en mente cuando pensamos en películas bélicas o juegos sobre las Guerras Mundiales. Es una forma diferente de ver los conflictos a lo que hace Battlefield, por ejemplo, que apuesta por batallas con montones de jugadores al mismo tiempo dando una sensación de guerra a gran escala.

 
La campaña para un jugador de Call of Duty Modern Warfare 2 nos mete de lleno en pequeñas operaciones especiales persiguiendo a un terrorista árabe que está colaborando con un gigantesco cartel mejicano de la droga para transportar unos misiles de lo más modernos que amenazan la seguridad de Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, las explosiones y la fanfarria de pasadas entregas dejan paso a una experiencia mucho más sosegada y menos palomitera. Personalmente me ha gustado, pero entiendo que haya gente que piense justo lo contrario porque este nuevo enfoque es menos Call of Duty. 

 
 
Los protagonistas vuelven a ser la Fuerza Operativa 141 compuesta por Soap, Gaz y con el apoyo de rostros conocidos como Ghost o John Price a los que se une Alejandro Vargas, coronel de las fuerzas mexicanas. Personalmente nunca me he enterado de absolutamente nada jugando a Call of Duty. Todos los soldados me parecen similares y sus frases suelen estar muy cerca de lo ridículo. 

No es algo exclusivo de la saga de Activision, también me sucedía con Gears of War, por ejemplo, pero aquí no faltan a su cita las frases absurdas y testosterónicas que podríamos oír en cualquier peli de acción de los 80 y los 90 con algunas conversaciones que parecen alcanzar los niveles de parodia a lo Starship Troopers. Mención especial para el momento que me piden tranquilizar a los civiles y la única manera de “tranquilizarlos” es apuntándoles con el arma. Todo muy disparatado. 

 
Nada de esto importa mucho en realidad porque la campaña tiene muy buen ritmo, el argumento principal está bien llevado y el hilo conductor de los misiles nos invita a seguir jugando durante las 6-8 horas que podemos tardar en completar este modo historia. 

Un espectáculo muy variado
Como decíamos, la campaña tiene bastante buen ritmo. Está dividida en 17 misiones y nos hace vivir momentos de infiltración, persecuciones a un convoy, utilización de armamento aéreo arrasando con todo lo que vemos en una zona, la clásica misión disparando con un rifle de precisión desde la distancia, otra asaltando varios edificios,… Realmente hay un poco de todo y casi siempre son divertidas. 

Las grandes novedades jugables son la posibilidad de nadar y bucear para escapar de la visión de los enemigos y pillarles por sorpresa cuando menos lo esperan y la capacidad para disparar con armas cortas cuando estamos nadando, subiendo escaleras o colgados de salientes. Su incidencia en la campaña es puramente anecdótica, pero en el multijugador tienen mucho más peso porque amplían el abanico de estrategias que podemos utilizar y, sobre todo, afectan al diseño de los niveles. 

El apartado gráfico es sencillamente alucinante. Seguro que ya habéis visto algunas comparativas entre la Ámsterdam real y la que vemos en una de las misiones del juego. Si no, fliparéis totalmente al jugarlo. El nivel de fotorrealismo es brutal, con algunos detalles que se cuelan entre lo mejor que hemos visto nunca gracias al uso de la profundidad de campo o el desenfoque por movimiento que camuflan a la perfección los pequeños defectos que aún separan videojuegos y realidad. 

Un multijugador redondo y sin sorpresas
Para empezar, el multijugador de Call of Duty Modern Warfare 2 llega con una oferta de contenido notable. Contamos con 15 mapas (10 de ellos para los modos clásicos y cinco reservados para la experiencia de batallas multitudinarias con dos equipos de 32 jugadores). El diseño de los mapas nos ha convencido plenamente en casi todos los casos, con un gran equilibrio entre las zonas diseñadas para esos camperos que tanto odiamos y las que nos ofrecen un abanico de estrategias más amplio. 

El sistema de perks también nos ha convencido plenamente. Son ventajas que vamos obteniendo a lo largo de una partida y aunque no es un concepto revolucionario sí que nos invita a jugar de distintas formas según los perks que hayamos escogido antes de la partida. 

La oferta de modos también es bastante continuista respecto a lo visto en el anterior Modern Warfare, pero ya sabes eso de que no debes tocar lo que funciona de lujo. Tenemos clásicos como Baja Confirmada, Cuartel General, Noqueo (nuestro favorito) y Rescate de Prisioneros. Todos funcionan de maravilla, aunque estamos deseando que lleguen las listas personalizadas. 

Peor sabor de boca nos han dejado los modos Guerra Terrestre e Invasión diseñados para 64 jugadores. Ni Treyarch ni Infinity Ward consiguen pillarle el punto a estas batallas a gran escala que sinceramente no terminan de casar con la jugabilidad de la saga. Las Operaciones Especiales quedan en un segundo plano y nos han parecido simples entrenamientos para que un amigo y tú os familiaricéis con las mecánicas del modo multijugador. Es una pena, porque estas misiones cooperativas nos dieron grandes alegría en el pasado y podrían hacer lo mismo en el futuro. 

 
Call of Duty Modern Warfare 2 no arriesga prácticamente nada. Infinity Ward ha construido un título muy completo sobre la base del reinicio de 2019 y nos ofrece una campaña bastante diferente en cuanto a ritmo. La ausencia de tantos fuegos artificiales quizás no convenza a todo el mundo, pero el verdadero potencial del juego vuelve a estar en el multijugador, un modo muy continuista que sigue siendo muy completo y divertido. Tanto, que estamos deseando la llegada de Warzone 2.0. Porque ya sabes que la guerra nunca cambia, y menos si funciona.