EL CAZADOR, UN MILENARIO ESTILO DE VIDA

Próximamente se cumplirá un nuevo aniversario de la muerte de mi padre con el cuál me unía el gusto por las armas, y junto a ellas, la caza.

Hoy me falta ese confidente de caza y se lo echa mucho de menos, a cada instante, sobre todo cuando de la pieza obtenida, uno, a veces, inconscientemente  piense, que este cuarto le llevaré. Compartíamos el mismo amor y pasión por el campo y por ende, de la caza.

 Casi sin querer, mi primogénito, se fué haciendo cada vez mas cercano en esta forma de vida, al compartir las mismas pasiones, hablando un mismo idioma cinegético, entendiéndonos con un simple gesto, o en el silencio del monte, con la mirada.  Es que en el campo y la caza, los sentimientos se vuelven mas intensos, mas llanos y directos.

Lo cierto es que la cacería es un largo ritual que empieza en casa, preparando el equipo, yendo al polígono a comprobar el centrado del fusil, la munición, y lo que fuera menester para obtener un tiro limpio. Cuando todo el equipo está bajo control, el factor humano es la única variable.

Cuando estoy por disparar, hay que lidiar con la presión, la adrenalina y el estrés. El tiempo se detiene detrás de la mira, hay que lograr hacerlo, porque hay un único disparo que saldrá sólo si estoy seguro de batir la presa.

Uno se relaja todo lo que puede y se oxigena con una respiración profunda y luego la contengo, se escucha el corazón, y ahora aprieto suavemente el gatillo. Es por ese momento que se entrena en el polígono.

No busco el animal mas grande o el mas viejo, sólo busco el animal correcto, y este debe morir antes de tocar el suelo. Me tomo mi tiempo con él, asimilando lo que acaba de pasar. Una vez mas, así como la caza alimenta mi cuerpo y mi familia, también alimenta mi alma.

Pero porque cazo? herencia, posiblemente, esta en los genes quizás, se puede enumerar una serie de motivos, unos tan válidos como otros. Pero yo hoy los compartiré con uds.,  los míos. Seguro de que yo mismo encontraré respuesta a algunas de mis inquietudes, todavía no resueltas.

La parte mas dura del tema empieza ahora, tengo que sacar la presa del monte, me duelen las piernas, la espalda se irrita y arde, se hace complicado respirar. Un cazador, como  aprecia, no es un simple asesino, ser cazador es tarea dura. Si, es muchísimo mas barato ir a la carnicería, y aún mas fácil que que el esfuerzo de cazar. Pero...

Cazo porque amo la vida, y disfruto cada instante de ella. Y teniendo en cuenta la muerte, cuya belleza y atracción, me fascina a la par que me aterroriza, con la caza capturo para siempre momentos de una belleza sublime, tan alta que a veces su simple contemplación conmueven todo mi ser.

Con la caza vivo, cazo porque amo el campo y los animales, cada brisa, cada árbol, cada olor son distintos. Disfruto de la naturaleza como arte puro. Siento una profunda conexión con el medio cuándo estoy en él, intento entender y comprender, lo estudio al máximo,

Cazo porque hay algo en mi interior, instintivo que me empuja a nuevas experiencias y vivencias que completen mi ser, y encuentro la libertad que no encuentro en otro momento cotidiano. En la caza intento buscar íntima explicación a la vida y a la muerte. Cazo por la emoción cuando tengo en la mira al objetivo ansiado.

Esto es lo que soy, este es mi porqué ¿Y Ud, mi amigo, porque caza?